Está demostrado que la carrera científica tiene mucho trabajo, más sacrificio, pocos alicientes y menos recompensas económicas. Salvo, eso sí, que el investigador tire al cubo de la basura su ética y su rigor científicos, abjure de todo racionalismo y pensamiento crítico y se humille servilmente ante la superstición religiosa, ya que en este caso […]
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